El panorama es evidente, desde niños muestra en las películas el príncipe y la princesa que “vivieron felices por siempre”. Esto, complementa una realidad familiar, de maltrato, infidelidad, abusos, divorcios, etc. Son elementos poco solidos que llevan a la construcción de relaciones de pareja; la mayoría de las mujeres criadas en ambientes de sobreprotección y costumbres tradicionales están a la expectativa de la construcción de relaciones de pareja duraderas, donde a pesar de la realidad se viva el “felices por siempre”… pero en un resumen de las experiencias vividas, se enfrentan a una dura realidad… que llegando o en los 30, no hay un rastro contundente de esos supuestos.
A los 30 se mira alrededor con asombro y angustia como en los Escenarios de Interacción se encuentra que: las amigas se están casando; la hermana, prima o cualquiera dela familia menor formó hogar; las mujeres entre los 23 y 25 están deprimidas porque cree que se va a quedar solterona; la abuela, tía y mamá preguntan con insistencia “y el novio qué?”; los medios de comunicación, las estadísticas dicen “los 35 edad de riesgo para tener hijos”. Y así, son más y más presiones de una sociedad que insistentemente y de una manera cruda quiere recordar que se agota el tiempo, que una mujer a los 30 si está sola es una SOLTERONA. Que palabra tan peyorativa. Se dice que los niños son crueles para decir las cosas, pero el ser humano es capaz de interpretar y acomodar los símbolos del mundo, dándoles significados para destruir, muy pocas veces para construir. Pero esto no es solo cuestión de presiones externas; son sentimientos y emociones que nacen a partir de cada relación vivida, de cada ruptura, de cada triunfo laboral, cada nueva amistad y cada actividad social a la que asististe.
La palabra SOLTERONA es un adjetivo que define a una persona entrada en años y que no se ha casado. Por lo que se deduce que efectivamente estas presiones de las que hablamos y este afán de las mujeres a los 30, es real, es el grupo de las SOLTERONAS. Sin embargo al seguir con las definiciones se reafirma que es cuestión cultural, pero que el otro problema es ser “mujer”…En Wikipedia se define solterona como: “término despectivo para referirse a alguien que ha alcanzado o sobrepasado la edad en la que, en su sociedad, se consideraría propio casarse… se ha aplicado en forma de estigma contra las mujeres solteras en mayor medida que sobre los solteros, debido al rol fundamentalmente reproductor y familiar que las sociedades tradicionales han asignado a la mujer” y culmina la definición con … “Por lo que el estereotipo de solterona era el de una persona no realizada que podía ser motivo de pena o burla.”
“Persona NO realizada”. No es fácil para la mujer vivir con este estigma cuando sumando y dividiendo cada elemento tenemos: mujer de 30 años, profesional, excelente desempeño laboral, que ha logrado adquirir sus cosas, con vivienda, carro, económicamente estable….pero SIN NOVIO. ¿Cómo percibe esto la sociedad?, ¿qué se tiene que hacer para solucionar este problema? son algunas de las preguntas que con insistencia se buscan resolver, pero… ¿es en realidad un problema?….¿alguien alguna vez ha preguntado por lo que sienten? ¿Què se espera a esta edad? ¿Es verdad lo de la realización o es cuestión de afectos?
Analizando punto por punto, lo más difícil de manejar es la presión social, los supuestos y los prejuicios de la sociedad, además de tener que lidiar con el afán, que es la forma más fácil de espantar a un prospecto de pareja, para saber que al final no sirve de nada, ya que termina en situaciones sin proyección, con hombres que no se acomodan a las expectativas, que absorben todo el amor que había para dar; admitiendo unos instantes de satisfacción fisiológica, emocional, de no presiones y de cultivar la expectativa de “este si fue”, permitiendo que escojan y no escoger.
Lo más prudente, sensato y saludable mentalmente, es enfocarse en si mismo, conocerse y auto compartirse, hacer una lectura afectiva intrapersonal a partir de saber: cuáles son los roles que se desempeñan, como son sus afectos, cuáles son sus creencias, como se auto valora y de qué forma administra sus vínculos y recursos. Gracias a este ejercicio se desarrollan habilidades para conocer mejor al otro, así se mielinizan las neuronas para favorecer y automatizar las lecturas afectivas a los demás, identificando fácilmente si es la persona con quien se desea compartir, sin desgastarse en relaciones agotadoras que duran a lo mucho 2 meses dejando una desilusión más, una presión más, un prejuicio más; tocando uno de los puntos del círculo vicioso de la mujer solterona.
Concretar, estar segura de que lo que se quiere, desarrollar su talento profesional, y lo fundamental “no desesperar”, permiten no estar a la expectativa, al contrario, permitirá el acercamiento de personas con las que se compartan gustos, ideas, creencias y demás cosas mencionadas, dando la oportunidad para escoger y no ser escogida…. Este es el punto de partida de la Formación Afectiva con la orientación de Andrés Granada amigo, colega y cómplice en caminos por escribir.